Filosofado Padre Dehon



Ubicado en la calle los Cortijos del sector la Bandera, en Caracas, el filosofado es así conocido porque en él viven los estudiantes de filosofía. Se le llama aspirantado a la vez, porque todos los jóvenes que allí viven, no son religiosos y están en período de descubrimiento vocacional. El paso posterior es el del postulantado que es un tiempo de mayor compromiso y tiempo en el que harán una mayor opción trabajando por hacer una opción más comprometida, trabajar en sus vidas y dejarse acoger por la Congregación a la cual aspiran pertenecer.

Como todas las cosas y nuestras obras, esta casa de formación tiene antecedentes en en el año 1975, treinta y cuatro años atrás. En la parroquia “S. Miguel” se acogen a los dos primeros estudiantes llamados Blas Muro y José Alberto Terán; el primero caraqueño e hijo de españoles; el segundo, mirandino de la zona de Guatire. Ciertamente el destino para ellos no fue formar parte de la congregación y partieron para sus casas de vuelta, redefiniendo sus vidas. Más adelante se tuvo la presencia de tres venezolanos de los cuales dos llegaron al sacerdocio pero ninguno de ellos pertenece en la actualidad a la Congregación: Carlos Pozo, el P. José Chacón y el P. José Luis Petrovich.
Después de tantos esfuerzos y una toma de conciencia clara de parte de la Congregación por tener casas de formación, en los años ’80 se decide la construcción de una casa de formación que en principio reuniera a todos los formandos. En el año 1984 se abre dicha casa y se acogen a los primeros jóvenes. El P. Ignacio Agote, formador para aquellos tiempos y el P. José Luis Segura, superior, se esforzaron porque esto fuera una realidad.
A cargo se encontraba el Padre Juan Rodríguez que también era el "constructor y diseñador" de la casa de cuatro pisos. Recibió a los primeros estudiantes y con ellos fue caminando en este proceso para conseguir unos pocos.
Haciendo un apartado en la historia, la casa es un edificio que posee un sótano para depósito de agua, y depósito de comidas y materiales. Luego viene la planta baja con acceso a la entrada y patio, que a la vez sirve de estacionamiento. Este piso sirve como comedor; además se encuentra la cocina, el lavadero, baños públicos y también la capilla, además de un pequeño espacio que sirve de una sala acogedora.
En el primer piso se encuentra la biblioteca como espacio común y las habitaciones de los formadores, además de otras tres habitaciones para los jóvenes.
El segundo piso es de habitaciones para los estudiantes. Cada habitación tiene buen luz artificial y natural y un baño más closets para la ropa. Son cómodas aunque pequeñas. El tercer piso que hace de terraza se usa para sala de TV, sala de recreación y en ella, se encuentran mesas de ping-pong y cartas entre otros juegos.
Posterior al padre Juan Rodríguez, el P. Joaquín ocupó el cargo de formador hasta el año 1989. Luego de él, asume el cargo en la formación, el P. Gonzalo Arnáiz quien lleva a ambos grupos por igual. Hasta el año 1991 sirvió para concentrar bajo un solo formador a los no – religiosos o filósofos y a los jóvenes religiosos o escolásticos, estudiantes de teología.
Debido a que el número iba en aumento, en este mismo año 91 los superiores deciden hacer el cambio de los escolásticos o jóvenes religiosos de teología para la parroquia “S. Miguel”. Muchas son las ventajas: mayor espacio, comodidad para los estudios, mejores habitaciones, biblioteca más completa, etc. Los gastos correrían por cuenta del centro médico social y de la parroquia “S. Miguel”.
Desde ese tiempo se han ido sucediendo jóvenes que han perseverado en la vocación. A la par del P. Gonzalo Arnáiz, quien ejerce la dirección en la formación en la parroquia S. Miguel, se suceden en el cargo, en este centro, algunos cuantos formadores: P. Jose Carlos Briñón; José Carlos Rayo, Jesús García; Carlos Enrique Caamaño; Alejandro Iglesias - quien ha permanecido cerca de diez años en el cargo, acompañado de los Padres Antonio Teixeira, Alexander Quintero y por último, Miguel Barrientos. Insistimos, ellos han estado en el acompañamiento de los jóvenes aspirantes a nuestra familia dehoniana.
Es de hacer notar que a lo largo de veinticinco años han pasado jóvenes que aún permanecen como sacerdotes o hermanos dentro de la Congregación. De hecho, muchos de los que han sido formadores, a excepción de los primeros Padres, han pasado por dicha casa como formandos.